martes, 23 de abril de 2013

RETROSPECTIVA VIÑAROCK V


Retrospectiva Viñarock V: Expolio y regreso a casa (2007-2008)

La duodécima edición del festival no empezó en abril como es habitual, sino que trajo cola desde el verano anterior. Matarile, empresa promotora del mismo, anunciaba que el ViñaRock se marchaba de Villarrobledo. Aludía que el ayuntamiento y la población no abastecía todas las necesidades del mismo, la poca ayuda de los organismos locales y la necesidad de crecer del festival. Años antes, Matarile había registrado sin el conocimiento ni consentimiento del ayuntamiento la marca “ViñaRock” como propia, de tal manera que, aludían, podían emplearla cómo y dónde quisieran. En resumen, que el festival era suyo.

Villarrobledo contratacaba al “atraco” de la promotora con un festival igual que el ViñaRock, de dos días, y a un precio simbólico de 5 euros para la misma fecha. Así se creó la bicefalia: por un lado un “falso” ViñaRock que se celebraría en Benicassim y por otro, el legítimo, bautizado como VillaRockBledo, en la localidad manchega. La misma semana del festival, los juzgados determinaron la ilegalidad del registro de la marca por Matarile y le concedían la razón al ayuntamiento, de tal manera, que, a última hora, aquel festival pudo llamarse “ViñaRock” (a pesar de que en Benicassim siguieron empleando el mismo nombre).
Ante lo apresurado de los acontecimientos (la misma semana del festival no se sabía si se llegaría o no a celebrar) y ante las presiones de la promotora Matarile para que acudieran a su cita y no a la “rival”, el cartel quedó algo descolorido en comparación con otros eventos. Aún así, grupos como Celtas Cortos, Mojinos Escozíos, Loquillo, Porretas o Def con Dos se presentaron en Villarrobledo junto a 25.000 personas que no dejaron morir al festival. Era un año de transición que ni la lluvia ni una intensa tormenta eléctrica el sábado desmejoraron (al contrario que en Benicasim, donde tuvieron que suspender conciertos ante la lluvia registrada).
El éxodo de un año acabó y volvía el ViñaRock a su tierra. A pesar de que Matarile “amenazó” con otro festival paralelo de nuevo, la gente esta vez no pasaría por ese juego. Mientras que Matarile cambiaba la fecha a julio y de nuevo de población (subastando al festival al mejor postor, acabando en Paiporta), 75.000 personas se planteaban en Villarrobledo para ver el que para muchos ha sido la mejor edición de todas. El hecho de que toda la marea de heavys, punkys, raperos y demás asistentes regresara a La Mancha hacía que todo hubiese valido la pena. Aquel festival lo encabezó Marea, bajo sorpresa y regocijo de todos y 4 años después de bajarse de todo escenario de un festival.
No sólo regresaba, sino que ahora era más fuerte. Emir Kusturica, el director de cine balcánico, junto a su banda ponían en la noche del jueves la nota internacional en el festival. Por primera noche, ViñaRock volvía a dormir en casa en la noche de aquel jueves caluroso. El viernes y sábado dejaron pasar un festival de éxito unánime que fue clausurado por una de las actuaciones más memorables de toda su historia: un exhausto Peret, rey de la rumba catalana, a sus cerca de 80 años, con sus míticos éxitos de décadas pasadas. La fiesta acabó por las calles de la ciudad hasta el día siguiente en fiestas y “raves” improvisadas de todo tipo y todas partes. El Viña había vuelto.

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